Una señora que vivía en un noveno tenía un loro que era un cabrón. Un día pasa el butanero por su calle y el loro grita:
Tres bombonas al noveno!
El butanero se mete al portal y ve que el ascensor no va. Jura durante unos segundos y se va para arriba con las bombonas.
Cuando llega, llama al timbre y le atiende la señora:Buenas tardes, aquí tiene sus bombonas.
¡Ay! eso habrá sido cosa del loro que es bien guasón, lo siento.
La madre que lo… ¿dónde está ese loro?
En el balcón.
El butanero va, coge al loro y lo aplasta contra la pared, dejándolo con las alas abiertas.
Cuando el butanero se va, el loro se pasa varias horas ahí pegado sin poder salir.
Se da cuenta de que cerca de él hay una estatua de Jesús en la cruz colgando en la pared. El loro le pregunta:
Amigo, ¿usted cuánto tiempo lleva aquí?
2000 años.
No me jo… ¿pero cuántas bombonas pediste?