Una dama está teniendo un mal día en las mesas de ruleta en Las Vegas. Ya solo le quedan 50 dólares. Exasperada, exclama: “
¡Qué mala suerte! ¿Qué demonios hago ahora?”
Un hombre que está a su lado, intentando calmarla, le sugiere: “No sé… ¿por qué no juegas a tu edad?”
Él se aleja. Unos momentos después, su atención es captada por una gran conmoción en la mesa de la ruleta.
Pensando que tal vez había ganado, corre de nuevo a la mesa y se abre paso entre la multitud.
La señora yace inerte en el suelo, con el operador de la mesa arrodillado sobre ella. El hombre está aturdido.
Él pregunta: “¿Qué pasó? ¿Está bien?”
El operador responde: “No lo sé. Apostó todo al 29 y salió el 36”.
¡Y entonces simplemente se desmayó!