Una rica viuda solitaria decidió que necesitaba a otro hombre en su vida, así que publicó un anuncio que decía lo siguiente:
RICA VIUDA BUSCA HOMBRE PARA COMPARTIR VIDA Y FORTUNA…NECESITA TENER ESTAS CUALIFICACIONES:
NO ME GOLPEARÁ, NO SE ESCAPARÁ, TIENE QUE SER GENIAL EN LA CAMA.
Durante varios meses, su teléfono sonó sin parar, el timbre de su puerta sonaba constantemente, recibía toneladas de correo, etc., todo en vano: ninguno parecía coincidir con sus calificaciones.
Entonces, un día, el timbre sonó una vez más. Ella abrió la puerta y encontró a un hombre sin brazos y sin piernas acostado sobre el felpudo.
Perpleja, preguntó: “¿Quién eres?” “¿Y qué es lo que quieres?”
“Hola,” dijo él, “tu búsqueda ha terminado, porque soy el hombre de tus sueños.”
“No tengo brazos, así que no puedo golpearte, y no tengo piernas, así que no puedo huir.”
“Bueno, entonces,” dijo ella, “¿qué te hace pensar que eres tan genial en la cama?”
A lo que él respondió: “Bueno, toqué el timbre, ¿no?”