Esta es la historia de André y Germaine, una pareja de ancianos jubilados que vivían en una granja.
Germaine (dirección y liderazgo) realmente merecía su nombre.
Toda su vida había estado sacando de quicio a André, decidiendo todo, gritándole constantemente, interfiriendo en sus asuntos, en resumen, era una auténtica Germaine.
Un día, cuando André se hartó de escuchar a Germaine, le dijo: “Me voy a los establos a cuidar de mi caballo”.
Pero aquel día, mientras André se afanaba, Germaine se le acercó en el establo y siguió destrozándole el trineo.
André no podía más y le metió un huevo al caballo, que se encabritó y Germaine chocó violentamente contra la pared, muriendo en el acto…
En el funeral, Guy y Gaétan charlaban al fondo de la sala.
En un momento dado, Guy le dijo a Gaétan: “¿Te has dado cuenta de que cada vez que una mujer le da el pésame a André,
él le da la mano y asiente… y si es un hombre, él le da la mano y asiente que no”.
Gaetan observa a André; una mujer se acerca y le da el pésame a André, él le estrecha la mano y asiente con la cabeza.
Más tarde, un hombre se acerca y André le estrecha la mano y asiente.
El velatorio transcurre y al final el grupo se va reduciendo hasta que finalmente sólo quedan André, Guy y Gaétan.
Entonces Guy le pregunta a André:
“¿Quieres decirme por qué, cada vez que una mujer te da el pésame, tú saludas con un “sí” y un hombre con un “no”?”.
André responde:
“Es muy sencillo, las mujeres me lo preguntaron:
¿No sufrió demasiado? ¿Murió inmediatamente?
Sí.
Y los hombres:
¿Tu caballo no está en venta?
¡¡¡No!!!