Un día una mujer entra a una farmacia y le dice al farmacéutico:
“Me gustaría un veneno que matara a mi marido pero que pareciera que murió por causas naturales”.
El farmacéutico dice: “Señora, no sólo no puedo hacer eso por usted,
Voy a tener que llamar a la policía y denunciarte”.
La mujer saca algo de su bolsillo y se lo entrega.
Lo mira y descubre que es una foto de su marido haciendo el amor con la mujer del farmacéutico.
El farmacéutico dice: “Oh, deberías haberme dicho que tenías una receta”