Una mujer cansada e indignada de escuchar discusiones entre su marido y su mamá, le dice al marido:
Por favor negro, hacéme un favor, andá a la casa de mi mamá y hablále bien, intenta acercarte,
sólo Dios sabe cuánto tiempo más la tengamos con nosotros.
El marido le responde:
Está bien, gorda, lo voy a hacer, pero que conste que lo hago por vos.
Llega a la casa de su suegra,
golpea y ahí se encuentran, el hombre amablemente le dice:
Hola suegrita, ¿cómo anda?, ya la estábamos extrañando.
La suegra sorprendida lo mira y le dice:
Bien acá ando, intentando descansar.
Y el hombre pregunta:
Mire suegrita, ¿usted cree en la vida después de la muerte?
Sí, responde la suegra.
Bueno si usted se muriera, Dios no lo permita, ¿en qué animal le gustaría reencarnarse?
Mmmmmmmmm, me gustaría en una víbora, le responde la suegra.
Y el hombre dice:
¡Noooo! ¡Pero tiene que ser algo que nunca haya sido!