Un yuppie entró en la consulta de un médico y le exigió al matasanos que le echara un vistazo a su p***.
¿Qué tiene de malo?”, le preguntó el médico.
Te lo voy a enseñar”, gritó el yuppie, y se bajó los pantalones.
Su p*** era del tamaño de una gominola, y el médico no pudo evitarlo. Se echó a reír.
“No es para reírse”, se quejó el yuppie, a punto de llorar. “Lleva así de hinchado los últimos tres días”.