Un niño pequeño infla un globo y comienza a lanzarlo por toda la casa con el dedo.
Su madre le dice que pare porque puede romper algo, pero el niño continúa:
“¡Johnny!” grita mamá.
“Ya basta.” Vas a romper algo.”
Él se detiene y finalmente su madre se va a hacer un pequeño viaje a las tiendas.
Johnny vuelve a subirse al globo después de que su madre se fue a la tienda.
Le da un último movimiento y cae en el inodoro, donde lo deja.
Entra su madre y mientras guarda la compra le entra un antojo: una diarrea.
Apenas puede llegar a tiempo al baño y ¡SPLASH!, sale.
Cuando termina, mira hacia abajo y no puede creer lo que está viendo.
No sabe qué es esa cosa marrón y grande que hay en el inodoro. Llama a su médico.
El médico queda desconcertado al describir la situación, pero le asegura que vendrá en breve para examinarlo todo.
Cuando llega, ella lo lleva al baño y él se pone de rodillas y mira fijamente la cosa.
Finalmente, saca su bolígrafo y lo toca un poco para ver qué podría ser y… ¡PUM! El globo explota y hay caca por todas partes. En él, en las paredes, etc.
—¡Doctor! ¡Doctor! ¿Está bien? —pregunta.
Él dice: “He estado en este negocio por más de 30 años, ¡y esta es la primera vez que he visto un pedo!”