John, un hombre rico de 60 años, aparece en el club de campo un día con su nueva esposa, una rubia de 22 años que fuma.
Sus compañeros están asombrados.
“No hay manera de que alguien tan joven y atractivo estaría de acuerdo en casarse con un viejo geezer como tú. ¿Cómo lo sacaste?
“Es simple”, dice John, “me mintió sobre mi edad”.
–¿Le dijiste que tenías 50 años? –preguntaron sus amigos.
John sacude la cabeza. No.
“No hay manera de que ella pudiera creer que tenías 40 años”. John agita de nuevo la cabeza.
“Entonces, ¿cuántos años le dijiste exactamente que eras??”
John sonríe y dice “85”.