Un hombre que acababa de pasar por una operación muy complicada se quejaba constantemente
de un chichón en la cabeza y un terrible dolor de cabeza.
Como su operación había sido intestinal, no había ninguna razón para que se quejara de dolor de cabeza.
Finalmente su enfermera, temiendo que el hombre pudiera estar sufriendo algún tipo de shock postoperatorio,
habló con el médico sobre ello.
El médico le aseguró a la enfermera: “No se preocupe por nada.
Realmente tiene un chichón en la cabeza.
A mitad de la operación nos quedamos sin anestesia”.