Varios hombres se reúnen en el vestuario de un club de golf.
Un teléfono celular suena en un banco y un hombre lo pone en altavoz y comienza a hablar mientras se pone los zapatos de golf.
Todos los demás presentes se detienen a escuchar. Hombre: “¿Hola?” Mujer: “Cariño, soy yo. ¿Estás en el club?” Hombre: “Sí.” Mujer: “
Ahora estoy en el centro comercial y encontré este hermoso abrigo de piel. En este momento cuesta solo $1,200, en lugar de $1,900.
¿Está bien si lo compro? Hombre:
“Claro, adelante si tanto te gusta”. Mujer: “Muchas gracias.
Esta mañana también pasé por el taller de Mercedes y vi los nuevos modelos. “Hubo uno que me gustó muchísimo”.
Hombre: “¿Cuánto cuesta?”
Mujer: “80.000.” Hombre: “Está bien, pero por ese precio lo quiero con todos los extras opcionales”. Mujer: “¡Fantástico! Ah, una cosa más.
La casa que vimos el año pasado está nuevamente en el mercado. “Están pidiendo 1.500.000”.
Hombre: “Bueno, hazles una oferta, pero no más de 1.250.000”.
Mujer: “¡Guau, qué bien! ¡Adiós! Te quiero”. Hombre:
“Yo también te amo, ¡adiós!” El hombre cuelga. Los demás hombres en el vestuario lo miran con absoluto asombro.
Luego sonríe y pregunta: “¿Alguien sabe de quién es este teléfono?”