Un borracho llega a una droguería y le dice al farmaceuta ¡deme una botella de aguardiente;
el farmaceuta le dice decentemente al borracho que el no vendía aguardiente que allí era una farmacia.
El borracho todo furioso le insiste gritando que le diera una botella de aguardiente y
el farmaceuta saliéndose de casillas le dice que allí no se vende licor que es una droguería;
el borracho agarra por el cuello al farmaceuta y le grita con tono amenazador ¡deme una botella de aguardiente!,
el farmaceuta para librarse del borracho saca del estante una botella con un jarabe de purga
y se lo da al borracho quien lo destapa y se lo chupa de una.
De pronto, el borracho se pone las manos en el estomago y sale corriendo a mil por la puerta de la droguería y así corre una,
dos y tres cuadras. cuando llega a la tercera cuadra se encuentra el borracho a unas señoras que le preguntan ¿señor,
sabe usted donde hay una droguería por aquí cerca?
y el borracho les dice con las manos en la barriga: si, siga la línea amarilla.