¿Por qué demonios caminas así de lado?”, le dijo una madre cangrejo a su hijo.
“Deberías caminar siempre derecho hacia adelante con los dedos de los pies hacia afuera”.
“Enséñame a andar, madre querida”, contestó obedientemente el pequeño Cangrejo, “quiero aprender”.
Así que el viejo Cangrejo trató y trató de caminar derecho hacia adelante.
Pero sólo podía caminar de lado, como su hijo.
Y cuando quiso girar los dedos de los pies hacia fuera, tropezó y se cayó de morros.
Moraleja: no digas a los demás cómo tienen que actuar, a menos que puedas dar buen ejemplo.