Muere Pinochet, y Dios y el Diablo se pelean porque ninguno de los dos lo quiere recibir.
En vista de que ninguno cede y no hay acuerdo, recurren a mediadores, estos deciden una propuesta de aceptación obligatoria: Que alterne un mes en el cielo y otro en el infierno.
El Primer mes, Pinochet va al cielo. Dios no sabe que hacer, se vuelve loco.
El desgraciado le da vuelta todo; privatiza los elementos de la oración y Liturgia; disuelve el sistema de asesoria personal de los ángeles; subasta las nubes;
le regala un kilómetro cuadrado de cielo al infierno: nombra Arcángeles provisionales de 18 anos de edad;
le interviene las comunicaciones a los Santos; cambia las cerraduras de las puertas de San Pedro y envía
un proyecto de ley a los apóstoles para reformar los diez mandamientos y darle amnistía a Lucifer.
En el cielo todo es privatizado, la gente lo odia. Dios no ve la hora que se cumpla el día 30 para que se largue al infierno.
Cuando Pinochet va al infierno, Dios respira aliviado.
Pero al acercarse el día 20 comienza a sufrir nuevamente pensando que en 10 días tiene que volver a verlo.
Sin embargo, llega el primer día del siguiente mes y nada, el quinto día y nada, no aparece.
Primero Dios estaba feliz, pero luego se quedo pensando que acaso se haya quedado mas tiempo
en el infierno y luego pueda tocarle dos meses seguidos en el Paraíso.
Con solo pensarlo se desespera y Dios decide llamar por teléfono al infierno para preguntarle al diablo que es lo que ocurre.
Ring… ring… ring… contesta un empleado y Dios pregunta… Por favor, con el demonio…
¿Cuál de los dos? – contesta el empleado – El ROJO con cuernos o el VIEJO concha de su madre?