Llega un barco repleto de marinos, los que habían estado en misión durante un año y medio,
no habían jodido en una año y medio (con mujeres…),
y al llegar al puerto querían ir a esas casas donde las señoritas te tratan de tú,
mas no tenían condones y ninguno hablaba español.
Así que se aventuraron y fueron a una farmacia, como no sabían español,
al primero de ellos no se le ocurrió mejor idea que sacar su miembro viril,
posarlo sobre el mesón, y poner un dólar junto a él.
Al verlo sus compañeros, también lo hizo el segundo y el tercero, hasta que todos tenían su miembro en el mesón y su dólar al lado.
El farmacéutico asombrado sin saber que hacer,
de pronto se le ocurre una idea,
y saca un monstruoso pedazo de miembro lo arroja sobre la mesa, agarra todos los dólares y grita: ¡La casa gana!