Johnny fue a confesarse, al comienzo de la Cuaresma….
Bendíceme Padre porque he pecado.
Han pasado 3 meses desde mi última confesión.
En ese tiempo he desobedecido a mis padres nueve veces, he faltado a la misa del domingo una vez, he tenido pensamientos impuros, oh,
unas novecientas veces,
y jugó con las partes íntimas de una niña”.
“¡Jugaste con las partes íntimas de una niña!” exclamó el sacerdote.
-Vaya, eso es bastante serio.
Como penitencia, rezad tres rosarios y lavaos las manos con agua bendita”.
Entonces Johnny se arrodilló y recitó con dificultad los laboriosos encantamientos de los tres rosarios.
Luego caminó hasta la pila de agua bendita y comenzó a lavarse los deditos sucios,
Cuando la chica que estaba detrás de él en la fila del confesionario se acerca y le dice:
—Hazte a un lado, amigo. Tengo que hacer gárgaras…