Jaimito amaneció con una cruda en un parque. Poco a poco se le fueron viniendo las imágenes de lo que sería un fin de semana de locura.
Jaimito se fue a su casa, se puso ropa, y ante la cruda moral, no le quedó otra de más que ir a la iglesia con la intención de confesarse, porque se sentía muy arrepentido de lo sucedido.
-Cura: Bienvenido a la casa del Señor. Por favor y junio, dime tus pecados.
-Jaimito: Padre, he venido porque la verdad tuve un fin de semana de locura y pues, me confieso que, me robe una gallina.
-Cura: ¡Demonios, Jaimito! Recuerdo todas las locuras que has hecho en tu vida, y robar no es algo característico en ti. Por favor, reza 6 padrenuestros y 10 aves marías y que devuelvas el ave a su dueño.
-Jaimito: Pero padre, usted no lo entiende.
El hambre es **** en la pega. Lo siento, pero, me comí la gallina.
-Cura: Pero, ¡que demonios! Reza 10 padrenuestros y 20 aves marías. Además, quiero qué hagas gárgaras con agua
bendita, y dale 20 dólares al dueño de la gallina.
-Jaimito: Ok, perfecto, pero padre, tengo un pequeño problema. Estaba muy borracho cuando la robe, que no recuerdo ni a quien se la quité.
-Cura: Pero, ¡que demonios! ¡¿Que clase de ser humano eres?!
Ahora te voy a pedir que reces un rosario completo, que hagas gárgaras con agua bendita, que agarres 20 dólares y a la primera persona que te encuentres al salir de la iglesia, se lo das en penitencia
-Finalmente, después de rezar y hacer todas las diligencias que le encargó el padre, Jaimito sale de la iglesia. Después de caminar varias cuadras, Jaimito se encontró con una mujer.
Ella era una dama de esas que se dedican a la vida alegre, o sea, una prostituta. Jaimito, dispuesto a cumplir con el resto de su penitencia, le da el dinero a la mujer.
-Jaimito: Tome, amiga, 20 dólares.
-Prostituta: No, papacito, son 50 dólares.
-Jaimito: ¡Ey! Pero ¿cómo que 50 dólares? El padre me dijo que 20.
-Prostituta: No, amiguito, son 50 dólares.
El padrecito es cliente de hace muchos años, por eso le hago descuento.
-Benito Carlos del Toro tenía varios días de que le dolía mucho la cabeza y a pesar de que había visto a varios especialistas, estos no podían quitarle el malestar.
Le habían dado toda clase de tratamientos, pero el dolor seguía. Un día, caminaba por la calle con la cara que mostraba muchos signos de dolor y se encuentra a Puto Pelo y este le dice:
-Puto Pelo: Veo que tiene mucho dolor.
Si me das dulce de leche, te puedo decir el nombre de un doctor que te puede curar.
-Y Benito le dio dulce de leche.
-Puto Pelo: Ve con el doctor Zacarías Bello Delano.
-Don Benito: Pero, pero, ese es un veterinario.
-Puto Pelo. Ve con él. El te curará.
-En su desesperación, Don Benito Carlos del Toro pensó que no tenía nada que perder. Así que se fue directo a la clínica.
-Zacarías: Eh, le voy a ser honesto. Yo ni siquiera soy veterinario, pero, déjeme examinarlo.
-Después de examinarlo le comentó:
-Zacarías: Mire, yo tengo la solución a su problema. Es muy fácil, lo he resuelto con diferentes caninos. Ay uy, perdón, personas.
Su problema se resuelve castrándolo.
-Don Benito: ¡¿Que?! ¡¿Usted establemente?! ¡Jamás voy a permitir que me corten los huevos y el ****! ¡Me largo de esta pocilga!