Había una vez un loco que iba viajando en un camión, el loco estaba sentado junto a la ventanilla,
y cada vez que se asomaba a la ventanilla, el loco se reía a carcajadas.
Así estuvo el loco por mucho tiempo hasta que el chofer del camión, enfadado, se detiene y va con el loco y le pregunta:
Oiga usted, desde hace un rato se viene riendo, ¿de qué se ríe?
El loco le contesta:
Ven y asómate a la ventanilla, mira las llantas de atrás están corre
y corre, y por más que corren, no alcanzan a las llantas de adelante.