Esto era un tipo que se va a confesar y dice:
– Nada que justo ayer estaba trabajando y me di un martillazo en un dedo.
Me salió un ¡mecagondio! y vino mi mujer a reñirme.
Yo con el enfado y todo le di un martillazo a ella que le partí la mandíbula.
Y hoy por la mañana me puse a arreglar el grifo, con tan mala suerte que al levantarme me golpee con el lavabo y me salió un ¡mecagondio!.
En esto que vino mi suegra y me replicó que eso no se decía.
Yo con la ira que tenía en ese momento no me controlé, cogí la llave y de un hostiazo me la cargue.
– Hijo, todo esto es muy grave, tendrás que rezar 6 padrenuestros y 10
avemarías. En esto que se levanta el tipo,
se golpea con la puerta y dice:
– ¡megangodio! Santa el cura entonces:
– ¡Y en su madre!