Están tres amigos muertos de hambre, sólo tienen un céntimo, van a un restaurante y preguntan:
– ¿Qué nos puede dar por un céntimo?
Y el camarero contesta:
– No puedo daros nada, pero bueno, haré una excepción y os daré esta tortilla.
Los tres amigos se fueron con la tortilla, y como era tan pequeña uno propuso:
– Esta tortilla es tan pequeña que no podremos comérnosla entre los tres.
Haremos lo siguiente: nos iremos a dormir y el que sueñe que va más lejos se comerá la tortilla.
Por la noche va uno de ellos y se levanta y la come. Al día siguiente dice el primero:
– Yo he soñado que iba al cielo, muy alto, muy alto, y hablaba con Dios.
Dice el segundo:
– Yo he soñado que iba al infierno, muy abajo, muy abajo y hablaba con el diablo.
Y finalmente dice el tercero:
– Pues yo, como tardabais tanto, pensé que ya no veníais y me comí la tortilla.