– Era un día común y corriente cuando llegó el director a la escuela y en eso, se da cuenta que la leyenda ”El director debe de irse” está escrito con orina en la pared de la escuela.
– Director: Turroncito de azúcar, necesito que llames al jefe de policía. Tenemos que encontrar al responsable de este acto de vandalismo. Quien lo haya hecho, no quedará impune.
Pero antes tengo que hacer una videollamada muy importante. Por favor, no quiero interrupciones.
– Un par de horas más tarde:
– Policía: Buenas tardes. Vengo a hablar con el director.
– Asistente: Claro que sí, señor oficial. Él espera una videollamada muy importante, pero en un segundo lo atiende.
(Videollamada)
– Director: Princesa, deja pasar al oficial.
– Policía: ¡Demonios! Hay un extraño olor parecido al cloro en esta oficina.
– Director: ¡Maldita sea, oficial! El día de hoy llegué a la escuela y encontré la leyenda ”El director debe de irse” escrito con orines justo enfrente de la escuela. ¿No se supone que sus muchachos iban a estar vigilando la zona?
– Policía: Efectivamente, señor. Pero no podemos estar en todos lados. La escuela es grande.
– Director: A mi no me interesa escuchar excusas. Quiero que encuentren al responsable inmediatamente y usted tiene que reportar conmigo a más tardar mañana.
Ahora, ¡largo de aquí! ¡Tengo que hacer una videoconferencia muy importante!
(Reloj)
– Al día siguiente, el jefe de policía se acerca al director.
– Policía: Mire, señor director. Le tengo una mala noticia y una muy mala noticia. ¿Cuál quiere escuchar primero?
– Director: ¡Oh, demonios! Dime la mala noticia.
– Policía: El día de ayer tomamos la muestra de orina. La llevamos a nuestro laboratorio, la analizamos y obtuvimos el resultado: La orina es de uno de sus alumnos, un tal Pepito.
– Director: ¿Como pude ser tan tonto? Debí sospechar que Pepito estaba detrás de todo esto.
– Policía: Pero, entre tantos alumnos, ¿cómo pudo haber sospechado usted de Pepito?
– Director: La semana pasada me llegó el reporte de que Pepito andaba metiéndose en el vestidor de las niñas y que andaba haciendo cochinadas con una alumna. A pesar de que identificamos a Pepito,
la alumna logró escapar. Me imagino que esta es la replesaria de haberlo interrumpido en el pleno acto.
Nunca me había sentido tan traicionado con un alumno. Pero, bueno. Dígame, ¿cuál es la muy mala noticia?
– Policía: Que el mensaje se escribió con la letra de su hija.