Dos ancianos estaban discutiendo sus dolencias.
El primer hombre dijo: “Me estoy volviendo olvidadizo, ni siquiera puedo recordar mi propio número de teléfono”.
El segundo hombre respondió: “Te escucho”.
La semana pasada, me olvidé de mi propio cumpleaños”.
El primer hombre dijo: “Eso no es tan malo”.
El segundo hombre respondió: “Tienes razón.
“Era el cumpleaños de mi esposa.”