Arnaldo viajó a Japón y se compró un par de anteojos de gran tecnología que hacía ver desnudas a todas las mujeres.
Arnaldo se pone los anteojos y empieza a ver desnudas a todas las mujeres… está encantado.
Se pone los anteojos, desnudas, se quita los anteojos, vestidas.
– ¡Qué maravilla!
Regresó a Bilbao, loco por mostrarle a su mujer la novedad.
Cuando llega a la casa, inmediatamente se coloca los anteojos para ver desnuda a su mujer, María.
Abre la puerta y ve a María y a Joaquín, desnudos en el sofá.
Se quita los anteojos, desnudos, se pone los anteojos, desnudos. Se los quita… desnudos, se los pone… desnudos.
– ¡Vaya mierda de anteojos nada mas llegar a Bilbao se rompen!