En el aparcamiento del supermercado, una rubia descubre una abolladura en la puerta de su coche.
Se pregunta desesperadamente qué puede hacer al respecto.
Un joven se acerca y le aconseja que sople por el tubo de escape para inflar el coche y que la abolladura vuelva a salir.
Dicho y hecho, la rubia comienza a soplar por el escape.
Al poco tiempo se acerca su amiga, también rubia, y le pregunta qué está haciendo. “Estoy tratando de reparar la abolladura de mi auto”.
La otra rubia se está riendo a carcajadas.
“¡Estúpido, nunca funcionará así!” “¿Por qué no?” pregunta el primero. “¡¡¡Porque todas las ventanas están abiertas !!!”