Era una monja que va recibir su nombre de religiosa. La madre superiora le dice:
Tu nombre no será laura sino que te llamarás desde ahora Sor Rita,
a lo que la madre le reprocha: No, no quiero ser Sor Rita no… cámbienmelo.
Como no se lo quisieron cambiar, envío entonces cartas al Papa,
hasta que le respondieron. Viajó al Vaticano y se encontró con el Papa.
El Papa le dijo que sacara un nombre de una caja y el nombre que sacara ese iba a hacer y no se va a cambiar.
Sacó el nombre y el Papa le dijo:
Tu nombre ya no va hacer Sor Rita sino te llamarás desde ahora Sor Raymunda….
Nooooooooo.