El calambur es un interesante juego de palabras que requiere de gran ingenio y atención, ya que implica tener conocimientos claros de las normas gramaticales como la homonimia, la paronimia y la polisemia. Desde el pasado se ha utilizado al calambur como una variante de la adivinanza.
Esta forma consiste en hacer una modificación del significado de una frase, mediante el cambio en la forma de agrupar sus sílabas. Este recurso suele ser muy entretenido y permite una serie de juegos de equívocos al hacer un traslado del significado de las frases.
Hemos realizado una selección de algunos calambures tradicionales para que te familiarices con esta forma de lenguaje.
Algunos ejemplos de calambur, una variante de la adivinanza
Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad escoja.
Entre el clavel blanco y la rosa roja, su majestad es coja.
Si yo lo quito, ella lo caza.
Si yo loquito, ella locaza.
Yo loco, loco y ella loquita.
Yo lo coloco y ella lo quita.
¡Ave!, César de Roma.
A veces arde Roma.
Mi madre estaba riendo.
Mi madre está barriendo.
Armando Esteban Quito.
Armando este banquito.
Serapio Joso.
Será piojoso.
El Comandante.
El coma andante.
¿Por qué lavo la rueda?
¿Por qué la bola rueda?
El rey no muere.
El reino muere.
Una tienda de pan es una panadería. Una tienda de zapatos es una zapatería. Una tienda de quesos, ¿Qué sería?
(quesería)
Un chico y una chica van a casa, dos son sus hijos. ¿Cómo están ese chico y chica?
(casados)