Un vendedor, un ingeniero y un técnico iban en coche cuando, a las afueras del pueblo, se les pinchó una rueda.
Los tres bajaron del coche y se rascaron la cabeza.
El vendedor dice: «Quizás debería ir al centro y comprar una llanta nueva.
Sé que puedo regatear con el vendedor de la refacción y conseguir un buen precio».
El ingeniero lo detiene y le dice: “No, antes de hacer eso tendremos que hacer algunos cálculos, determinar la pendiente del camino,
la temperatura del asfalto y la velocidad promedio a la que viajaremos para saber qué tipo de neumático debería comprar”.
El técnico se ríe y niega con la cabeza. “¡No, no, no! ¿Qué les pasa?
¡Rayos, tenemos una llanta de repuesto en el maletero!
¡Ahora solo tenemos que empezar a cambiar llantas hasta encontrar la pinchada!”