Una mujer es traicionada por su marido. Devastada, no sabe cómo seguir viviendo su vida.
Ella escuchó que había un monje muy sabio que vive en una montaña, y decidió ir allí a consultarlo.
Después de unos días de viaje, caminar, escalar, llega a la cima y se encuentra con el sabio monje.
“He pasado toda mi vida con él, mi juventud se dedicó a apoyarlo, a cuidarlo.
Y ahora me dejó con una joven.
Mi vida se ha robado, y no me queda nada.
No sé qué hacer.”
El monje le da una galleta y le pide que la coma.
Después de que terminara de comer, él pregunta: “¿Es deliciosa la galleta?”
–Sí –respondió ella.
“¿Quieres otra?”
“Sí, por favor.”
El monje la miró a los ojos y le dijo: “¿Ves el problema ahora?”
La mujer piensa por un tiempo, y luego habla lentamente: “Supongo que la naturaleza humana es codiciosa.
Si tienes uno, entonces quieres más, tal vez uno nuevo, más grande.
Nunca es suficiente. Y nada dura para siempre, todo es impermanencia.
Debemos ser conscientes de ello y no decepcionados”.
El monje sacude la cabeza, “No, quiero decir que eres demasiado gordo, deberías comer menos”.