Él mira a los vastos campos y ve a un granjero desgarrando a una oveja.
Él está totalmente disgustado.
Un minuto más tarde, golpea los frenos y dice: “Fue horrible. ¡Voy a darle a ese hombre un pedazo de mi mente!
Él se vuelve y pronto llega a la granja.
Él se dirige enojado al porche y golpea a la puerta.
Un niño responde.
La ira del hombre disminuye un poco: “Oh, hola. ¿Tu padre está en casa?
El niño dice
“Sí, un segundo. ¡Eh, daaaaaahd!”