Un hombre mayor, de mediana edad, que no estaba precisamente en buena forma,
estaba entrenando al máximo en un gimnasio cuando se fijó en una mujer joven y muy sey.
Le preguntó al entrenador más cercano:
¿Qué máquina me recomendaría para impresionar a esa preciosidad de ahí?
El instructor le miró y contestó
Deberías probar el cajero de la entrada…