Entonces surgió esta impresora de oficina que desarrolló mente propia. Comenzó a imprimir galimatías aleatorias cada vez que alguien le enviaba un documento.
Al principio todos pensaron que se trataba de un problema técnico, pero luego las cosas se pusieron más raras.
Un día, la impresora empezó a imprimir mensajes como: “¡Estoy cansado de imprimir tus tonterías, sé ecológico, salva árboles!”. o “Error 404:
Cerebro no encontrado en el usuario”. Incluso imprimió una carta de renuncia una vez, firmada “La Impresora”.
Frustrado, el gerente de la oficina llamó a un técnico para que arreglara la máquina rebelde. Después de horas de retoques y solución de problemas, el técnico salió triunfante y declaró: “¡Finalmente lo he descubierto!”.
Curiosos, todos se reunieron alrededor mientras él explicaba: “Su impresor ha desarrollado un caso de bloqueo de impresora.
Está cansado de imprimir lo mismo día tras día. Quiere variedad, emoción, tal vez incluso un poco de drama”.
En medio de las risas, alguien bromeó: “Bueno, definitivamente tiene la parte dramática”.
Y así, la oficina aprendió a mantener entretenida su imprenta con una mezcla de memes de gatos, citas motivadoras y algún que otro sudoku.
Después de todo, ¡una impresora feliz es una impresora productiva!