Un hombre estaba de viaje de negocios y decidió llamar a su mujer para comunicarle que había llegado bien.
Una niña coge el teléfono.
“¿Hola?
Hola, cariño. Habla papá. ¿Está mamá cerca del teléfono?” Pregunta papá.
“No, papá. Está arriba en el dormitorio con el tío Paul”
Tras una breve pausa, papá dice: “Pero, cariño, tú no tienes un tío Paul”.
Oh, sí tengo, y está arriba en la habitación con mamá ahora mismo”.
Papá se toma un segundo para procesar esto, y luego habla.
“Uh, OK, entonces esto es lo que quiero que hagas. Deja el teléfono sobre la mesa, sube corriendo, llama a la puerta de la habitación y grita a mamá que el coche de papá acaba de llegar a la entrada”.
Unos minutos después, la niña vuelve a coger el teléfono.
“¡Lo hice papá!”
“¿Y qué ha pasado, cariño?”, le preguntó.
“Bueno, mamá se asustó, saltó de la cama sin ropa y corrió gritando”.
“¡Luego tropezó con la alfombra, se golpeó la cabeza con la cómoda y ahora está tumbada gimiendo!”.
“¡Dios mío!”, exclamó papá. “¿Y tu tío Paul?”
“También saltó de la cama sin ropa”.
“Estaba todo asustado y saltó por la ventana trasera y se metió en la piscina”.
“Pero supongo que no sabía que sacaste el agua la semana pasada para limpiarla”.
“Se golpeó contra el fondo de la piscina y creo que se rompió las dos piernas”.
Hay una larga y silenciosa pausa.
Entonces papá dice,
“¿Piscina?… ¿Es el 486-5731?”