En un mitin en esa pequeña ciudad, el alcalde dijo: – Queridos ciudadanos y
ciudadanos, a lo largo de mi mandato, puse mi honestidad
por encima de cualquier interés político. Podéis estar seguros de que en este
bolsillo -y se palpó el bolsillo de la chaqueta con una mano- nunca entró
dinero de la gente. Ahora mismo
Alguien grita: – Chaqueta nueva, ¿eh?