Una noche, una esposa encontró a su marido parado junto a la cuna de su bebé. Ella lo miró en silencio.
Mientras él miraba al bebé dormido, ella vio en su rostro una mezcla de emociones:
incredulidad, duda, deleite, asombro, encantamiento, escepticismo. Conmovida por esta inusual exhibición
y las profundas emociones que despertaba, con los ojos brillantes, rodeó a su marido con el brazo.
“Un centavo por tus pensamientos”, dijo. “
¡Es asombroso!” respondió.
“No entiendo cómo alguien puede hacer una cuna como esa por sólo 46,50 dólares”