Un camionero acababa de doblar una esquina en una carretera desierta y se disponía a cambiar de carril
cuando una rubia en una veloz corbeta se le adelantó y casi lo hizo salirse de la carretera.
Enfurecido, el camionero aceleró y adelantó a la rubia y luego la obligó a reducir la velocidad.
Cuando el rubio finalmente se detuvo, el camionero salió de su camioneta, se acercó a la corbeta y sacó al rubio.
Luego dibujó un círculo con un trozo de tiza que tenía alrededor de la rubia.
“Si sales de este círculo, te mataré. ¿Oyes? Quédate ahí, señorita”, dijo el camionero.
El camionero se dirigió a su camioneta y agarró un bate de madera.
Rompió las ventanillas de la corbeta y derribó el espejo retrovisor. Luego se detiene y escucha una pequeña risita.
Se da vuelta y la rubia intenta no reírse.
Vuelve al trabajo, apuñala los neumáticos con su navaja suiza y luego rompe las ventanillas del coche.
Luego escucha una risita detrás de él. Se da vuelta y la rubia está roja por intentar contener la risa.
Enfadado, el camionero procede a romper las luces traseras y abollar la carrocería del coche.
Queriendo destruir completamente el auto,
se subió a su camión y atropelló el auto aplastándolo hasta convertirlo en una pieza aplanada de metal.
Cuando sale para admirar su trabajo de demolición, ve a la rubia en el suelo riéndose como una loca y rodando sujetándose los costados.
Él va y agarra a la rubia por el cabello y le grita en la cara: “¿POR QUÉ TE RÍES TONTA?”
La rubia intenta poner cara seria y dice: “¡Mientras mirabas hacia otro lado, salí del círculo 3 VECES!”