Un tipo entra a trompicones por la puerta principal de un bar, se acerca al camarero y pide una cerveza.
El camarero echa un vistazo al borracho y le dice: “Lo siento, señor, pero no puedo servirle… ya ha bebido demasiado”.
El tipo maldice y sale del bar.
Cinco minutos después, el mismo tipo entra por la puerta lateral del bar y pide a gritos una cerveza.
De nuevo, el camarero le dice: “Lo siento, señor… pero no puedo servirle… ¡ya ha bebido demasiado!”.
Diez minutos después, el mismo tipo entra por la puerta trasera del bar, se acerca al camarero y le pide una cerveza.
El camarero le mira con severidad y le dice: “Lo siento mucho, señor, pero ha bebido demasiado… ¡va a tener que irse!”.
El tipo mira extrañado al camarero y finalmente dice: “Dios mío, tío… ¿en cuántos bares trabajas?”.