Llega un señor a una tienda de mascotas muy preocupado y le dice el vendedor:
¿ Qué necesita señor?
El otro contesta:
Quiero algo especial, algo que ni yo pueda creer.
El vendedor le dice:
Ya sé, y le vende un cien pies que habla.
El señor llega a su casa y le dice al cien pies:
Ve a la tienda, y tráeme leche y pan.
Sí señor, contesta el cien pies y se va.
El señor espera y espera al cien pies, pasan horas, hasta que se asoma pensando lo peor y el cien pies está sentado en el escalón y el señor muy enojado le dice:
¿ Qué haces aquí todavía?
Discúlpame, le dice el cien pies, pero es que todavía no termino de atarme los zapatos.