Estaban 3 amigos en un restaurante conversando del futuro de sus hijos y
se preguntaron entre sí la profesión de sus hijos, el primero dice
– Mi hijo será doctor porque le gusta revisar a sus primitos.
El segundo dice:
– Mi hijo será ingeniero porque le gusta jugar a construir.
El tercero de los amigos se queda un rato pensando y dice:
. Mi hijo será mesero.
– Pero, ¿cómo?, le preguntan sus amigos.
– Es que cada vez que le hablo, se hace el tonto, como el mesero que todavía no nos atiende.