Un pescador que ha estado pescando en los Mares del Sur presume ante un amigo
-¡ Pesqué un pez enorme, pesaba cien kilos, como mínimo. Pesaba tanto que no podía sacarlo del agua,
estuvimos una hora luchando, él tirando hacia aquí, yo tirando hacia allá. Fue una lucha increíble, verlo para creerlo.
¡Por cierto, mi mujer me hizo una foto con el pez!
El amiga mira la fotografía, guarda un momento de silencio y por fin musita
– Pues a mí no me parece tan grande, cómo máximo debe de pasar una diez kilos. El otro, molesto, le replica
-¡ Claro que pesaba cien kilos, pero de tanto tirar de la caña adelgazó un montón…!