Un abogado murió y llegó a las puertas del cielo. San Pedro lo recibió preguntándole: hola, hijo.
¿Qué has hecho para merecer el cielo?.
Pues, la semana pasada le di medio pan a un mendigo.
– ¿Apenas medio pan? mmm… a ver, miremos el registro.
Sí, es cierto. Pero es muy poco para entrar al cielo.
Espere, espere. acabo de recordar que hace diez años le di otro medio pan a un mendigo.
– ¿Otro medio pan? a ver, revisemos el libro… sí, aquí está.
Permítame hacer una llamada para consultar su caso.
San Pedro llama a Jesucristo y le explica la situación del abogado.
De inmediato Jesucristo le responde:
está bien. vamos a devolverle un pan completo y que se vaya al infierno.