Había un viejito que fue a la farmacia a comprar un botecito para muestra de .
Al llegar a su casa trató con una mano
y de ahí con la otra, con las dos manos y nada,
llamó a la esposa y ella trató con una mano,
con la otra con las dos y hasta con la boca y nada.
Luego llamaron a su vecina y lo mismo nada,
llamaron a la hija de 18 años y nada.
El viejito estaba decepcionado porque nadie pudo y fue a la farmacia y
dijo
¡Me podría dar otro botecito que no lo pudimos abrir!