Estaban dos maricones hablando sobre sus funerales. Uno decía:
Hay, a mí me gustaría morir adinerado.
¿Cómo es eso, mija?, Le preguntó el otro.
Adinerado, pues. En mi ataúd lleno de billetes,
billetes por aquí , billetes por allá. ¿Y a tí como te gustaría morir, amiga?
Hay, a mi me gustaría morir a tu lado.
¿A mi lado?
¡No, huevona, ATULADO, tulas por aquí, tulas por allá!